Los Judíos despreciaban a los romanos porque oprimían al pueblo de Dios, pero Jesús les dijo que debían amar a sus enemigos. Esas palabras apartaron a muchos de Cristo. Pero Jesús no hablaba de sentir afecto por los enemigos; hablaba acerca de un acto de la voluntad. Usted no puede <adquirir> este tipo de amor, sino un esfuerzo consciente. Amar a nuestros enemigos significa actuar en busca de sus mejores intereses. Podemos orar por ellos y buscar formas de ayudarlos. Jesús amó a todo el mundo, aunque el mundo estaba en rebelión contra Él. Dios pide seguir su ejemplo amando a nuestros enemigos. Brinde a sus enemigos el mismo respeto y derecho que desearía para usted mismo.
Que Dios te bendiga, y no olvides acompañarme mañana con el siguiente versículo!
Publicar un comentario