Si a Dios nadie lo vio jamás, ¿Cómo podremos conocerlo? Juan expresa en su evangelio: <El unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer> (Juan 1:18). Jesucristo es la perfecta manifestación de Dios en forma humana y se ha revelado a nosotros. Cuando nos amamos unos a otros, el Dios invisible se revela a los demás, por medio de nosotros en la predicación del evangelio, y se perfecciona su amor.
Algunas personas disfrutan de la compañía de los demás. Hacen amistad con los extraños con facilidad y frecuencia, y están rodeados de muchos amigos. Otras personas son tímidas o reservadas. Tienen pocos amigos y se sienten incomodas cuando hablan con personas que no conocen o se mezclan entre la multitud. Las personas tímidas no tienen que ser extrovertidas a fin de amar a los demás. Nuestra tarea es amar con fidelidad a las personas que Dios te ha dado para amar, sean dos o doscientos. Si Dios ve que estamos listos para amar a otros, Él se encargará de traerlos hacia nosotros. Por muy tímidos que seamos, no debemos temer al mandamiento del amor. Dios nos da la fortaleza para hacer lo que nos pide.
Que Dios te bendiga, acompáñame mañana con el siguiente versículo!
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