¿Alguna vez le han preguntado cómo se hace un cristiano?
Estos versículos le dan la preciosa respuesta: la salvación está en el corazón y en la boca. La gente piensa que debe ser un proceso complicado, pero no es así. Si creemos en nuestro corazón y proclamamos con nuestra boca que Jesús es el Señor de Señores y es Dios, seremos salvos siempre y cuando en tu vida haya sido invocado ese nombre en las aguas del bautismo.
Que Dios te bendiga, acompáñame mañana con el siguiente versículo!
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