No es suficiente renunciar al pecado y a los malos deseos; debemos también vivir activamente para Dios. Para pelear en contra de la lujuria debemos decir no en contra de la tentación, pero además debemos decir sí al servicio activo para Cristo. Él nos da el poder y la comprensión para vivir de acuerdo a su voluntad y hacer el bien. Entonces miremos hacia adelante esperando el regreso maravilloso de Cristo con ansiosa expectativa y esperanza.
Que Dios te bendiga, nos vemos mañana con el siguiente versículo!
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