Usted no está graduado en dominio propio si aún no controla lo que dice. Las Palabras pueden herir y destruir. Santiago reconoció esta verdad cuando declaró: " La lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de cosas grandes. He aquí, ¡Cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!" (Santiago 3:5). Si usted desea tener dominio propio, comience con su lengua. Deténgase y piense antes de reaccionar o hablar. Si logra controlar este miembro diminuto pero poderoso, puede controlar el resto de su cuerpo.
Que Dios te bendiga, nos vemos mañana con el siguiente versículo!
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