La renovación espiritual a menudo comienza con la visión de una persona. Nehemías tuvo una visión, y la transmitió con entusiasmo, inspirando así a lideres de Jerusalén para la construcción de los muros.
Con frecuencia subestimamos a la gente y no hacemos que nuestros sueños para la obra de Dios en el mundo represente un reto para ellos. Cuando Dios plante una idea en su mente para realizar algo para Él, transmítala a los demás y confíe que el Espíritu Santo los impresione con pensamientos similares. No se vea como el único por medio del cual Dios está obrando. A menudo Dios utiliza una persona para expresar la visión y otras para hacerla realidad. Cuando aliente e inspira a otros, usted está trabajando en equipo para lograr las metas de Dios.
Que Dios te bendiga y nos vemos mañana con el siguiente versículo!
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