Cuando hablamos demasiado y oímos poco, comunicamos a los demás que nuestras ideas son mucho más importante que la de ellos. Santiago con sabiduría nos aconseja revertir ese proceso. Ponga un cronómetro mental en su conversación y controle cuánto habla y también cuánto oye. Cuando alguien conversa con usted, ¿Percibe esa persona que son valiosos sus puntos de vista y sus conceptos?
Que Dios te bendiga y te deseo un feliz fin de semana, nos vemos mañana con más...
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