No es suficiente escuchar o leer la Palabra de Dios, ni incluso conocerla bien. Debemos también ponerla en práctica. Qué fácil es leer la Biblia y no pensar en cómo vivir de una manera diferente. Qué fácil es discutir lo que significa un pasaje y no vivir su significado. Exponernos a la Palabra de Dios no es suficiente. Ella nos debe conducir a la obediencia.
Que Jesús te bendiga y nos vemos mañana en el siguiente versículo.
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