La muerte y resurrección de Jesús señala dos verdades maravillosas: Redención y perdón. Redención era el precio pagado para obtener la libertad de un esclavo (Levítico 25. 47-54). A través de su muerte, Jesús pagó el precio para liberarnos de nuestra esclavitud al pecado. El perdón se garantizaba en los tiempos del Antiguo testamento en base a la sangre vertida de animales (Levítico 17:11). Ahora recibimos perdón en base al derramamiento de la sangre de Jesús, porque murió y fue el sacrificio perfecto y verdadero. (Romanos 5:9; Efesios 2:13; Colosenses 1:20; Hebreos 9:22; 1 Pedro 1:19).
Que Dios te bendiga y nos vemos mañana en el siguiente versículo!!
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