TEMPERAMENTO, CARÁCTER, PERSONALIDAD

¿Por qué será que no puedo controlarme? Sé perfectamente lo que está bien y lo que está mal, ¡pero no lo puedo remediar!. Esta es una afirmación que muchas personas lo pueden estar viviendo. Sin duda el apóstol Pablo sentía lo mismo cuando escribió: "...porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mi" (Ro 7:12-20).

Pablo establecía una clara diferenciación entre su persona y esa fuerza incontrolable que moraba en él al expresar que "ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí". Ese "yo" es la persona de Pablo, el alma, la voluntad y la mente del hombre. El "Pecado" que moraba en él era la natural debilidad que,  al igual que todos los seres humanos, heredó de sus padres. 
Todos hemos heredado de nuestros padres un temperamento que incluye tanto fuerzas como debilidades. La Biblia le asigna a este temperamento diversos nombres, tales como "el hombre natural", "la carne", "el viejo hombre", y "carne corruptible", por nombrar algunos. Es el impulso básico de nuestro ser que busca satisfacer sus deseos. 

La mejor manera de entender en qué forma controla nuestras acciones y reacciones es establecer, por medio de la definición, las diferencias que hay entre temperamentos, carácter y personalidad.

TEMPERAMENTO

El temperamento es la resultante de la combinación de rasgos congénitos que en forma subconsciente afectan el comportamiento del hombre. Estos rasgos se disponen genéticamente en base a la nacionalidad, la raza, el sexo y otros factores hereditarios, y son transmitidos por los genes. Algunos psicólogos sostienen la idea de que más son los genes que recibimos de nuestros abuelos que de nuestros padres. El ordenamiento de los rasgos temperamentales es tan impredecible como el color de los ojos, del cabello o del tamaño del cuerpo.

CARÁCTER

El carácter es el "yo" verdadero. La Biblia se refiere a él como "el hombre oculto del corazón" (1 Pedro 3:4). Es el resultado de nuestro temperamento natural modificado por la formación que recibimos en nuestra infancia, por la educación y por las actitudes, creencias, principios y motivaciones básicas. A veces se lo denomina "el alma" del hombre, constituida por la mente, las emociones y la voluntad.

PERSONALIDAD

La personalidad es la exteriorización de nuestro yo, que puede o no confundirse con nuestro carácter según sea nuestra autenticidad. A menudo la personalidad es una conveniente fachada que cubre un carácter débil o desagradable. Muchos juegan un papel, hoy en día, basados en lo que creen que debe ser una persona, y no en lo que realmente es. ¡Excelente formula para un caos mental y espiritual! Se origina por ajustarse a lo que los hombres consideran una conducta aceptable. La Biblia nos dice: "El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón" (1 Samuel 16:7) y "Guarda tu corazón, porque de él maná la vida" (Proverbios 4:23).
Es dentro del hombre y no fuera de él, el sitio apropiado para cambiar el comportamiento.

Resumiendo, el temperamento es la combinación de rasgos con los cuales nacemos; el carácter es nuestro temperamento "civilizado"; la personalidad es el "rostro" que mostramos a los demás. Y absolutamente todos los hombres y las mujeres  lo hacemos y los tenemos.




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