Del mismo modo que un Pastor protege a sus ovejas, Jesús protege a su pueblo del daño eterno. A pesar de que es de esperar que los creyentes sufran en la tierra, Satanás no puede dañar las almas ni quitarles su vida eterna con Dios. Existen muchas razones para sentir temor aquí en la tierra porque este territorio es del Diablo (1 Pedro 5:8). Pero si decide seguir a Jesús, Él te dará seguridad y vida eterna en la nueva Jerusalén.
Esta es la declaración más clara de su divinidad que Jesús haya expresado jamás. Jesús y el padre son uno solo. De aquí que Jesús no es un simple buen maestro: Él es Dios. Esta declaración no dejaba lugar a dudas. Los líderes religiosos deseaban matarlo porque sus leyes decían que cualquiera que proclamase ser Dios debía morir. No había nada que pudiese persuadirlos de que la declaración de Jesús era verdad.
Que Dios te Bendiga, nos vemos mañana con el siguiente Versículo!!
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