Solo hay uno que verdaderamente conoce el corazón y el carácter de las personas en todo el mundo y se llama Jesús.
Nuestros corazones han estado inclinados hacía el pecado desde el momento en que nacimos. Es fácil caer en la rutina de olvidar y abandonar a Dios. Pero aún podemos decidir si continuamos o no en pecado. Podemos ceder a una tentación especifica, o podemos pedir ayuda a Dios para resistir la tentación cuando esta llegue. No luches más solo y entréguele tu corazón a Dios todos los días de tu vida para que tus obras sean buenas!
Que el Dios te bendiga y nos vemos mañana con el siguiente versículo!
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