Así es con nosotros, si confiamos en el Señor Jesucristo como nuestro Salvador personal; y lo amamos después de esto, dice Él: "Si me amáis, guardad mis mandamientos". Pero primero debe haber amor para el Salvador. Entonces, si decimos que lo hay, Dios pide que le obedezcamos y así obtendremos las maravillosas promesas de Dios para con nosotros.
Dios te Bendiga!
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