La mundanalidad empieza en el corazón y se caracteriza por estas tres actitudes:
- deseos de la carne, afán por la satisfacción de deseos físicos,
- deseos de los ojos, anhelo y acumulación de cosas, y
- vanagloria de la vida, obsesión con el nivel social o la importancia de uno.
Cuando la serpiente tentó a Eva (Génesis 3:6), la tentó en estos tres aspectos. También cuando el diablo tentó a Jesús en el desierto, esas fueron tres esferas de ataque (Mateo 4:1-11).
Por contraste, Dios valora el dominio propio, un espíritu generoso y un servicio humilde. Es posible dar la impresión de que evitamos los <placeres mundanos>, mientras todavía albergamos actitudes mundanas en nuestro corazón. Es también posible, como Jesús, amar a los pecadores y pasar el tiempo con ellos mientras se mantienen los valores del reino de Dios.
¿Cuáles son los valores más importantes para usted? ¿Su conducta refleja los valores del mundo o los valores de Dios?
QUE DIOS TE BENDIGA
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