En nuestra condición de Cristianos, debiéramos saber que continuará la tensión con el mundo incrédulo que no se conforma a Cristo, ni a su evangelio ni a su pueblo. Al mismo tiempo, podemos tener la expectativa de que nuestra relación con Cristo produzca paz y consuelo porque nos conformamos a Él.
Esa noche, Jesús resumió todo lo que les había dicho, enlazando temas de 14.27-29; y 16.14-16 y 16.9-11. Con estas palabras les dijo a sus discípulos que cobrasen ánimo. A pesar de la luchas inevitables que deberían enfrentar, no estarían solos. Jesús tampoco nos abandona a nuestra luchas. Si recordamos que la victoria final ya se ha logrado, podemos apropiarnos de la paz de Cristo en los tiempos más difíciles.
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